La actitud de Jesús,
así como sus movimientos descubren que es libre. Está dónde le necesitan y
acude a la llamada sin ninguna pereza ni atadura. De una orilla a otra para
hacer el bien. ¿Qué nos ocurre a nosotros? Antes de decidir donde debemos
estar, pensamos en lo que nos conviene.
Síntoma de que estamos
atados. Cuando nos llaman pensamos primero en lo que dejamos, y… La parábola
del joven rico puede ayudarnos a reflexionar. Reflexionar para pedirle al
Espíritu Santo que nos haga libre, que nos dé la libertad de los hijos de Dios.
Porque ser libre es estar disponible para la
entrega, para darte, para compartir, para servir. Descubres y experimentas que
sólo la fuerza del Espíritu Santo puede sostenerte en esta actitud, pues tu
naturaleza humana es débil y frágil. Pidamos esa Gracia para servir por amor
según la Voluntad de Dios.