Hoy celebra la Iglesia el aniversario de la dedicación de la basílica construida por el emperador Constantino en el Laterano. Basílica que es llamada “madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe” en señal de amor y unidad para con la cátedra de Pedro.
No es la más suntuosa y majestuosa, ni siquiera la más grande. Pero es el símbolo de la unidad de la Iglesia. De la misma forma, lo más grande de la Iglesia son sus miembros bautizados – no sus templos – porque en, ellos reside el Espíritu Santo que, abiertos a su Gracia, nos llenará de verdadero amor y caridad.
Por lo tanto, abramos nuestros corazones a la acción del Espíritu y adoremos al Señor en Espíritu y en Verdad. Sí, hagámoslo también en nuestros templos, pero, siempre consciente y con el conocimiento de que los verdaderos templos somos los bautizados porque en ellos reside el Espíritu Santo.
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