Páginas

miércoles, 22 de junio de 2016



Al final de tu vida te das cuenta que lo importante no ha sido atesorar tesoros ni estar por encima de otros, sino ser respetado y querido por todos aquellos que han participado de tu vida. Ese tesoro te será más útil y grato que los que haya atesorado con tus egoísmos y mentiras.

Tampoco lo importante en tu vida es el éxito alcanzado sino el amor entregado a los servicios de los demás, sobre todo pobres y necesitados. Y eso es parte esencial de confirmar tu fe y vivir en el seguimiento del estilo de vida de Jesús de Nazaret. Si falla alguna de estas patas, por decirlo así, nuestra vida queda coja y mediocre. 

Sólo de esa manera, nuestros frutos serán verdaderos frutos. Y no podremos, siguiendo en ese camino firme como rocas, dar frutos malos, porque perseverando en la Gracia del Señor sólo se puede cosechar frutos buenos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.