Ser primero, según lo que piensa Jesús, es ser último. Último en pensar en ti; último en buscarte a ti mismo; último en ser más que otros; último en riquezas y bienes que satisfagan tus caprichos y te alejen de los demás. Últimos para ser primeros, porque cuando piensas en el bien de los demás te pones en primera fila.
Nuestra tendencia natural y egoístas – por eso somos pecadores – es la de ser primeros en tener riqueza, poder y satisfacciones. Y los resultados no nos dan la razón. Posiblemente, en apariencias sí, pero en la realidad te das cuenta de que tu egoísmo te aleja de los demás.
Cuando intentas quedarte para el último lugar y dejar pasar y servir a los demás, experimentas que tu corazón se agranda, se llena de gozo y felicidad y te sientes mejor y satisfecho. Y experimentas que ese gozo de felicidad no se marcha, se queda dentro de ti. Te sientes bien, alegre y feliz. Mejor ser último que primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.