Me llama mucho la atención pensar que son muy pocos los que se interrogan y se inquietan ante esta realidad. Pero, me deja perplejo como una gran mayoría vive indiferente y no se pregunta nada al respecto. Es más, se resigna a vivir sin cuestionarse nada.
Parece ser que, algunos – caso de Zaqueo – si se preguntaron algo. Y trataron de darle repuesta. Se movieron y buscaron. Porque, lo que no se puede negar es que, dentro de nosotros tenemos esa impronta grabada y sellada a fuego que nos cuestiona y nos interroga.
Pero, ¿posiblemente, la hacemos callar? ¿La ahogamos con nuestras justificaciones y con ese eslogan erróneo e irresponsable de “la vida hay que disfrutarla”. ¿Disfrutar qué? ¿Cuatro días en este mundo donde hay más días de sufrimiento que alegrías? ¿No hemos descubierto todavía que la felicidad no se esconde en el placer?
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