Tu palabra puede significar un camino, pero tu vida puede ir por otro lado. Lo verdaderamente importante es la coherencia de tu palabra y vida. El Evangelio de hoy nos narra esa controversia entre lo real y lo aparente. Lo que se hace y lo que se finge.
Un hijo responde al padre de forma sincera y negativa. Le desobedece, más, luego, arrepentido y dándose cuenta de su mal obrar, se arrepiente y obedece su mandato. Sin embargo, el otro, finge obedecer y, luego, desobedece. ¿Dónde te encuentras tú?
¿Estás en el lado del que obedece en principio – fingiendo – y no hace, o en el lado del que, en principio negándose, más tarde obedece? Recordemos la parábola del hijo pródigo. Lo importante es levantarse del pecado cometido. Esa es la actitud que siempre debemos tener viva en lo más profundo de nuestro corazón.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.