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domingo, 19 de diciembre de 2021

 

Pequeño, a simple vista, fue el encuentro de una joven sencilla y humilde con una mujer mayor sorprendentemente en estado de embarazo – ya de seis meses -. Ambas eran primas y, a ambas también, las unía, no sólo el vínculo de sangre, sino la grandeza de ser elegidas.

La una Madre del Mesías prometido y Redentor del mundo, y la otra, madre de Juan el Bautista, el Precursor, que proclamaría y allanaría el camino para la venida del Mesías prometido. Ese encuentro, que hoy, después de más de dos mil años recordamos, es y seguirá siendo el encuentro más grande de la humanidad.

Dios, nace y viene a este mundo, escondido en lo aparentemente simple y pequeño. Se manifiesta en la pobreza y humildad de lo pequeño, para amar de forma desinteresada, sin motivo ni interés sino simplemente movido por el Amor. Un Amor gratuito.

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