Con Jesús no hay ni debemos tener miedo. Él es la
paz ante el dolor, la tristeza, o la pérdida de lo que más queremos; Él trae la
paz en todo conflicto, que a lo largo de nuestro camino se desencadena en
nuestra vida. Todo en Él tiene solución y sentido.
Nuestra vida se nos va en
una espera. Una espera que se consume en el tiempo y, nos parece, que nunca
llega. Sin embargo, quien sabe esperar y confía, cree que todo llegará, y el
final será bueno. Sobre todo para aquel que confía en su Padre Dios.
Su Paz está por encima de todo y da sentido a todo.
Porque, todo en este mundo está sometido a Él, decepciones, contradicciones,
desavenencias … incluso la muerte. Por tanto, ¿por qué preocuparse hasta el
punto de romper nuestra paz. Sí, sufriremos y tendremos tristeza, pero
sumergidos en una paz que dará sentido a nuestra vida, pues caminamos hacia la
Paz plena y gozosa de la vida eterna en plenitud, el Señor.
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