No se trata de cumplir y de creer que hay
Alguien que se llama Jesús, pero que no lo conozco. Se trata de creer
firmemente que Jesús, el Hijo de Dios, esa Persona de la que hablan y dan
testimonio los apóstoles, entregó su Vida por nosotros y ha Resucitado.
Señor, te haces hombre como nosotros para
devolvernos nuestra dignidad de persona e hijos de tu Padre Dios. Y no sólo
eso, sino que das, voluntaria y gratuitamente, tu Vida para salvar la nuestra.
Tanto amor imposible de dar más.
Y sigue a nuestro lado para darnos su
Espíritu y fortalecernos, a fin de que podamos vivir en su Palabra y dar
testimonio de que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. El día de nuestro
bautismo hemo recibido el Espíritu Santo, el mismo Espíritu Santo que Él
recibió en el Jordán. Y también se nos ha bendecido con la misma Voz del Padre
que nos llama hijos predilectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.