Es
evidente que todos buscamos la felicidad. En eso todos estamos de acuerdo. Este
mundo es el medio para conseguir esa felicidad que buscamos y anhelamos, no
ahora, sino en el otro, al cual irremisiblemente vamos.
Gracias,
Señor, mil gracias por estar presente en cada instante de mi vida y dispuesto a
escucharme. Y, no solo eso, sino a responderme y a llenar mi vida de sentido y
de deseos de vivir hasta descansar en Ti.
Y
ese es el camino que tendremos que buscar, y para el cual tenemos que movernos:
tocar, llamar y no cesar nunca de buscar. Él es el Camino, la Verdad y la Vida,
y nuestro búsqueda empieza y está en seguirle. Porque, solo en y por El podemos
encontrar ese camino que nos conducirá a esa felicidad que tanto buscamos.
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