Es
en los momentos más confusos, oscuros, de desánimo y dudas cuando se hace
necesaria nuestra perseverancia en el amor. Son los momentos de prueba donde tu
amor es probado y donde certificas y demuestras que Dios está en el centro de
tu corazón.
Sé, Espíritu Santo, que has venido a mí en la
hora de mi bautismo, pero, lo que no sé es si te he dejado actuar en mi
corazón, o te he desplazado, la mayoría de las veces, a un lado. Quiero y
deseo, Espíritu de Dios, que te adueñes de mi corazón y lo transformes según tu
Voluntad. Amén.
Porque, las palabras se las lleva el viento. Solo quedan los hechos y las obras, y tu amor necesita ser probado hasta el extremo de entregarse y darse en el dolor y sacrificio. ¿Qué pensaríamos si Jesús hubiese evitado la cruz, estaríamos seguros de que daría la vida por nosotros? Por eso, cuando nuestro amor sea probado, perseveremos en nuestro amor al Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.