Nos equivocamos sin
tratamos de convencer y de imponer nuestro razonamiento. Nada hay que razonar.
Todo está ya razonado y sembrado en el corazón de cada persona. Dios es amor y
misericordia, y sólo con amor y misericordia este mundo tiene solución.
Señor, experimento
felicidad cuando soy capaz de amar. Y Tú, Señor, aunque me acompañes en
silencio, estás presente siempre en mi corazón, porque, solo saberte presente
en mi vida me llena de esperanza, de deseos de amar y, en consecuencia, de paz
y gozo.
Experimentamos
nuestra inclinación al egoísmo. Somos ególatras por naturaleza, y liberarnos de
esa nuestra egolatría nos es imposible por nosotros mismos. Necesitamos la
Gracia de nuestro Padre Dios, y la fuerza del Espíritu Santo para poder salir
de ella y experimentarnos libres y gozoso de ser nosotros mismos, superando
nuestros egoísmos y dándonos en amor y misericordia. Es decir, en una palabra,
pareciéndonos – hemos sido creados semejantes – a nuestro Padre Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.