Aquella mujer, al piropear al vientre y los pechos que amamantaron a Jesús, daba un hermoso piropo a su Madre, pero, Jesús le respondió: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan». Y es que su Madre, también por su Gracia, nuestra Madre, es la primera que escucha la Palabra y la cumple.
Así, de esta manera Jesús exalta y enaltece a su Madre, pues fue ella la primera que abrió su corazón a la Palabra del Señor y, ante el anuncio del Ángel Gabriel, respondió con “hágase tu Voluntad”. María, por eso, es dichosa y bienaventurada.
Es hermoso tener un Madre como María. La Madre ideal que te acepta como hijo e intercede para que tú, también, te abras a la acción del Espíritu Santo, recibido en la hora de tu bautismo y, fortalecido en Él escuches y cumplas su Voluntad. Amén.
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