Páginas

viernes, 2 de octubre de 2020


 

Con mucha frecuencia nos olvidamos de ese Ángel de la Guarda del que nuestros abuelos o padres nos hablaron.  Espero que esa hermosa costumbre, al menos en las familias cristianas, no haya desaparecido. A pesar de no verlos, ellos duermen en las cuatro esquinitas de nuestras camas.

Nuestra naturaleza es débil. Herida por el pecado está vencida por el poder demoníaco. Nuestro Padre Dio lo sabe y, por su Amor Infinito no nos deja a merced del demonio. Nos envía un Ángel para ayudarnos en esa lucha y para que salgamos victoriosos.

Nuestra experiencia descubre que en muchas circunstancias de nuestra vida experimentamos como una mano o impulso que nos ayuda a discernir y a darnos cuenta de que el camino elegido no es el correcto. El Ángel asignado por nuestro Padre Dios nos avisa y nos sugiere el camino bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.