Zacarías no estuvo seguro de lo que el ángel le anunciaba y pidió pruebas. También nosotros procedemos de la misma forma, dudamos y pedimos pruebas. Sin embargo, Zacarías tuvo paciencia, aceptó el castigo y, sin rebelarse aguardó hasta que llegó el momento. Y fue recompensado recuperando su fe y su voz.
Quizás, nosotros no aguardamos ni tenemos paciencia, y no esperamos al Señor. Desesperamos y rompemos con el Señor. Precisamente, la fe es la prueba que nos exige esperar sin ver.
Necesitamos creer. Y creemos en la medida que esperamos pacientemente la visita del Señor esperanzados en su Infinito Amor y Misericordia. La prueba es la esperanza, la paciencia y la perseverancia. Al final, como Zacarías, tendremos nuestra recompensa. El Amor de Dio.
¡FELIZ NAVIDAD!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.