domingo, 7 de febrero de 2021

 

Saber pararte y decir no es tan importante como estar disponible y colaborar con las necesidades de los demás. Pero, conocer tus limitaciones y capacidades te ayuda a saber medir tus esfuerzos y conocer que todo debe tener un orden y un lugar. Y Dios es el primero en todo.

A partir de Él todo se puede ver y atender mejor. Y, por supuesto, ordenar de forma que tus prioridades empiecen por tu familia, tu trabajo, tu parroquia y amigos y todo lo que puedas alcanzar. Pero, siempre, mirando que tus capacidades son limitadas y alcanza hasta cierto límite.

Porque, de no ser así puedes terminar agobiado, desesperado y verte impotente para atender todo lo que se te echa encima. Llega, pues, el desánimo, la impotencia y la indolencia, y te desesperas hasta el punto de dejarlo todo. El refrán dice: el que mucho abarca, poco aprieta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.