La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿Actuamos en verdad y justicia en nuestra vida, o según nuestros intereses egoístas e injustos? Porque, una cosa es segura. Sabemos, sin lugar a duda, cuando actuamos en verdad o cuando lo hacemos de manera injusta. 

No se esconde a nadie que aquellos labradores, a los que se les había arrendado aquella viña, quisieran expropiarse de ella y de los frutos que producía. Y eso, todos sabemos que es injusto. Los mismos escribas y fariseos que escuchaban lo comprendieron.

De tal forma que a la pregunta que Jesús les dice, ellos responden: «A esos miserables les dará una muerte miserable y arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo». Luego, ¿qué nos espera a nosotros