Hoy Jesús nos anima y nos dice que no perdamos la esperanza, que no se turbe nuestro corazón, que estamos salvados. Porque, Él nos trae la paz, la verdadera paz, la que nadie te puede quitar. Porque, es la paz que nace y vive dentro de ti. La paz que es consecuencia de la verdad y el amor.
Jesús se va al Padre, pero se va para volver a por los que, perseverando, permanecen y creen en Él. Nos está repitiendo esto todos estos últimos días de estas semanas de Pascuas. Estamos salvados porque el Padre, que es más grande, hace sus obras en el Hijo, y las hace para darnos Vida Eterna.
Por eso, Jesús nos dice: Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Y el Amor del Padre es llevarnos a su Casa para permanecer con Él Eternamente.
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