Abrazar la Cruz no significa abrazar el dolor y el sufrimiento, sino aceptarlo, asumirlo y darle verdadero sentido. Tarde o temprano el dolor llegará y lo único y verdaderamente importante es evitar que ese dolor destruya tu vida y te pierda. Abrazado a Xto. Jesús te alivia y da sentido a tu vida.

Precisamente, Jesús viene a erradicar esa pandemia del dolor y sufrimiento. Toda su Vida está dedicada a eso, curar y anunciar la Palabra de la Buena Noticia. Por tanto, en y con Jesús aliviamos nuestro dolor hasta llegar a la Gloria donde quedará erradicado plenamente.

No tengamos miedo – nos decía San Juan Pablo II – y miremos a la Cruz abrazándola confiados en la Palabra de nuestro Señor Jesús. Venceremos al dolor, sufrimiento y a la muerte. El Señor la ha vencido y también nosotros en Él, por su Gracia y Misericordia Infinita, la venceremos también