Jesús aprovechaba el camino para enseñarles a sus discípulos lo que le iba a suceder. Sin embargo, advierte que no le escuchan. Sus corazones está en otros menesteres y, al no entenderle tampoco, por miedo, no le preguntan Quizás a nosotros nos pueda pasar algo parecido.

Podemos preguntarnos: ¿A qué damos prioridad en nuestro corazón? O dicho de otra forma, ¿qué es lo que vive y deseamos desde lo más profundo de nuestros corazones? Porque, dependiendo de lo que respiramos en nuestros corazones nos moveremos a buscar y desear.

Oímos bien lo que Jesús nos dice. Nos habla de su camino hasta la Cruz. Nos describe el camino de su Pasión y nos llena de esperanza con su Resurrección. Pero, ¿tenemos los oídos de nuestra fe abiertos a su Palabra y dispuestos a fiarnos y comprometernos? ¿Creemos en su Resurrección y, por su Palabra, también en la nuestra? Posiblemete, los niños si lo creen.