Es indudable que Jesús, el Señor, piensa de manera diferente a los hombres de este mundo. Para Jesús, el importante no es quién presenta más cargos, títulos, honores o, incluso experiencia. Para Jesús, el más importante es el más pequeño, el más necesitado y pobre.

Aquel que tiene su Curriculum casi a cero, sin nada o muy poco que poner. Aquel que necesita una mano para vivir, para salir adelante. Aquel que necesita de los considerados importantes para sostenerse dignamente en este mundo. Es el que llama la atención de Jesús.

Los niños, mientras son niños, dan y representan eso que Jesús quiere que cuando mayores seamos. Es decir, que sigamos teniendo un corazón sencillo, limpio, con principios, con ilusión, lleno de buenas intenciones y confiado con su Padre, de que se fía y se deja amar.