Observar y ver, para luego interpretar es algo que le viene dado al hombre – aprovechando sus sentidos -  para prevenir y estar preparado a los cambios del tiempo y de sí mismo. Así podemos guardarnos de sufrir repentinas sorpresas que nos puedan perjudicar.

Pero, también tenemos espíritu, que  nos demanda atención y cuidado. Porque, si conocer el tiempo y otros son importantes y útil, conocer, cuidar y preparar nuestro espíritu es de mayor importancia, pues, todo lo que es materia se destruye, pero el espíritu permanece.

De modo que, aprovechemos y utilicemos todo lo que hemos recibido para cuidar y preparar nuestra vida espiritual, porque, lo que de verdad importa es que cuando llegue ese momento glorioso que es nuestra muerte – cosa cierta – estemos debidamente preparados para no ser sorprendidos.