Es de todos sabido que el hombre busca la felicidad
eterna. Porque, una felicidad efímera no es plena felicidad. La felicidad es
plena o deja de ser felicidad. Simplemente, podremos tomarlo como unas
vacaciones, pero nada más.
Y ya es la tercera caída. Nos muestras, Señor, las
debilidades de nuestra naturaleza humana, que Tú has tomado también como tuya,
y nos enseña a levantarnos. Porque, no son importantes las caídas, sino lo
verdaderamente importante es, tras caer, levantarse. Y Tú, mi Señor, nos
muestras el camino.
Y ya sabemos que cuando terminan las vacaciones nos
quedamos bastante desconsolados y no muy bien. Solemos decir, lo bueno dura
poco, y eso implica que lo que buscamos es la eternidad. Por tanto, la promesa
que Jesús nos hace hoy es lo que realmente buscamos: (Jn 8,51-59): En
aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno
guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Le dijeron los …
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