Nunca acabaran los
problemas mientras haya alguien no dispuesto a amar. Mientras haya muchos que
piensen primero en ellos antes que en los otros. Siempre estará encendida la
llama del odio, envidia y venganza. Cuando se ama, uno se pone siempre en el
último lugar.
Señor, dame un
corazón como el Tuyo para que pueda amar como amas Tú; para que pueda perdonar
como perdonas Tú; para que pueda ser compasivo y comprender, ser humilde,
atento y servicial. Un corazón, Señor, pobre para los pobres y sabio para
discernir en hacer siempre tu Voluntad y no la mía. Amén.
Ahora, tus gotitas de amor, aunque sean muy pequeñas, contribuirán a que el mundo sea eso, una gotita más bueno y mejor. De modo que, en la medida de que haya más gotitas de amor, mejor será el mundo. Y si llegamos a que todos seamos gotitas de amor, el mundo será bueno y perfecto.
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