¿Hemos pensado qué
nos pasaría si, por la Gracia de Dios, hiciéramos un milagro? ¿Pensamos que
estamos preparados para soportar esa presión y emoción? Supongo que no, y
supongo – valga la redundancia – que el Señor sabe más que nosotros lo que nos
conviene.
Señor, que mi camino
sea un camino confiado en tu amor y misericordia, sin buscar seguridades ni
éxitos. Que todo mi empeño, Señor, sea transparentar en mis actos tu amor
misericordioso dando a conocer tu bondad y tu Gloria eterna.
Nuestro Padre Dios sabe de la verdadera medida de nuestra fe. Y sabe de nuestras capacidades. La medida de nuestra cruz es la que, hoy, y ahora, podemos cargar. El Señor no nos exigirá más de lo que podamos soportar, ni tampoco nos dará más de lo que podamos asumir. Eso sí, nuestra responsabilidad es esforzarnos e ir creciendo por la Gracia de Dios. Y ya llegara el día que …
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.