Nos equivocamos si pretendemos estar entre los
primeros con el objetivo de ser servidos. Porque, ese lugar, por mucho que
queramos, será siempre para aquellos que, siendo últimos y servidores, serán
invitados a ser primeros.
¡Es el dilema de mi vida! Señor: seguir mi propio camino escuchando solo mi
voz, o seguirte a Ti y ser parte de tu rebaño. Por mi edad y periodo de vida,
he atravesado ambas rutas, y noto que solo al seguirte a Ti encuentro sentido y
gozo en mi vida.
En consecuencia, si quieres ser primero, trata de
servir en la medida de tus posibilidades. Y aprender de Jesús. Él, siendo el
Señor, vino a servir en lugar de a ser servido. Y de eso se trata. Seguirle
implica y exige tratar de hacer lo mismo que Él, servir y no ser servido. Se
cae de maduro, ¿no sería el mundo mejor?
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