PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Es fácil decir: «Si no lo veo, no creo», No compromete y nada arriesgas, pues visto lo que niegas, ya se acabó el problema. Y yo digo, ¿para qué entonces la Pasión, muerte y Resurrección del Señor. No hubiese hecho falta tanto sufrimiento.

No sabemos caminar por el lado del bien. Somos ególatras por el pecado, y estamos tentados a la seducción. Líbranos, Señor, de esas inclinaciones egoístas y transforma nuestro corazón en un corazón humilde, comprensivo, misericordioso, compasivo y bueno para que hagamos el bien y vivamos en tu santa Voluntad.

Simplemente con dejarse ver, todo solucionado. No es ese el Plan de Dios. La fe es la opción que Padre Dios ha dejado, después de amarnos con misericordia infinitamente, para que tú y yo, libremente, elijamos donde queremos pasar la eternidad. Si al lado de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo, Dios, Uno y Trino, o en las entrañas del abismos y rechinar de dientes. La gran prueba, Jesús, el Hijo, su muerte y Resurrección. Tú decides.