Pero, ¿se puede perdonar setenta veces siete? Desde tus propias fuerzas te será imposible, pero desde la Gracia y el poder de Dios todo es posible. Mirando la parábola que Jesús nos cuenta en este Evangelio observamos la misericordia y compasión que Dios tiene con aquel siervo.
Le perdona toda su deuda. Sin embargo, aquel siervo no corresponde de la misma manera con respecto a la deuda de su otro compañero. ¿Te parece justo esa forma de actuar? Luego, trasladando esa experiencia a nuestro vivir de cada día, ¿no debemos actuar nosotros de la misma forma?
Desde esa perspectiva nuestra fuerza no nos puede venir de nuestro propio esfuerzo sino de la Infinita Misericordia de Dios. De Él nos viene ese poder para vencer nuestra soberbia y afanes de venganza y llenar nuestro corazón de mansedumbre y paz para perdonar.
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