viernes, 20 de agosto de 2021

 

Sin lugar a duda, Jesús lo dice muy claro: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento.

Luego, ¿qué ocurre? ¿Por qué poner el segundo semejante al primero? Si digo amar a Dios, al que no puedo ver, me engañaré a mí mismo haciendo lo que yo suponga o crea respeto a amar a Dios. Dios no necesita mi amor ni nada que yo pueda hacer por Él. Luego, ¿cómo le amo?

Podemos demostrar que realmente amamos a Dios – y sin ninguna apariencia – amando al prójimo, que vemos y tenemos a nuestro lado. Y también a los que puedan estar más lejos. La oración y la solidaridad, más ahora en nuestra época son realidades con las que podemos decirle a nuestro Padre Dios, te amo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.