martes, 12 de octubre de 2021

 

 

María, la Madre de Dios, es ejemplo de escucha, de estar atenta a la Palabra y Anuncio de Dios para aceptarlo y llevarlo a cumplimiento en su vida. Por tanto, es bienaventurada, dichosa como dice su propio Hijo, Jesús, nuestro Señor.

Y también lo seremos nosotros cuando tratemos de esforzarnos, no solo de oír, sino en escuchar la Palabra y, en manos del Espíritu Santo, dejémonos asistir y auxiliar para dar acogida a esa Palabra escuchada y cumplimiento en nuestra vida.

Por eso, María, nuestra Madre también, es ejemplo de dichosa, bienaventurada y bendita entro todas las mujeres, porque, bendito es el Fruto que lleva en su vientre. Y en ella nos miramos para asidas de su mano caminemos hacia el encuentro con su Hijo, nuestro Señor.

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