domingo, 24 de octubre de 2021

 

En algunos momentos de la vida experimentamos cansancio y hasta hastío. Es entonces cuando deseamos salir de esa orilla en la que hemos quedado anclados. Pero, para salir, primero necesitamos despojarnos de ese manto que nos cubre y disimula todos nuestros vicios y pecados. 

Y no es fácil salir. Nos cuesta y, solos, difícilmente saldremos. Necesitamos estar atentos ─ como Bartimeo ─ y advertir que Jesús pasa por nuestra vida. Porque, realmente pasa. Nos ama infinitamente y se hace presente para proponernos esa Buena Noticia de salvación eterna.

Se hace necesario dejar el manto y dar un salto ─ como hizo Bartimeo ─ y pedirle al Señor, que pasa por nuestra vida, fortaleza, sabiduría y voluntad para ver nuestra vida ─ paralizada y aparcada a la orilla del camino ─ y, viendo, seguirle. En Él está nuestro gozo y felicidad.

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