La vida exige esfuerzo, lo experimentamos en la medida que crecemos. Amar, advertimos, nos exige esfuerzo y disponibilidad de entrega. Una entrega bien intencionada en verdad y justicia. Amar es, pues, el esfuerzo generoso que se da sin condiciones y sin descanso.
Hay circunstancia en que la vida exige amar sin descanso. En esos momentos de agobio y angustia necesitamos un apoyo que sólo encontramos en Jesús. En Él encontramos la paz y la fortaleza para seguir avanzando.
Y la disponibilidad de entregarnos a la misericordia por amor a aquellos que sufren, que no tienen descanso y que son marginados y excluidos. Es lo que hacen Jesús y los apóstoles cuando, retirados buscando espacio de descanso, se encuentran a un multitud como ovejas sin pastor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.