Jesús, que nos conoce, y tiene poder para, buscando nuestro bien, sorprendernos. Su Palabra y autoridad nos deja admirados, Aquella noche Pedro y sus compañeros habían pasado toda la noche pescando sin resultado. Y, Jesús les invita a echar de nuevo las redes.
Los expertos en pescan eran ellos. Jesús, posiblemente sabía de madera, pero no de pesca. Sin embargo, Pedro, después de advertirle a Jesús, le obedece. Sabe de su autoridad y de la firmeza de su Palabra. En su nombre echa las redes.
Conocemos lo que sucedió. Hoy, Jesús te invita a ti y a mí a echar nuestras redes. No serán las mismas ni iguales a las de aquellos pescadores, pero son nuestras redes. Redes en la familia, redes en el trabajo, redes en nuestro círculo social…etc. Posiblemente, sea ahí donde está nuestra pesca.
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