Imagínate uno que es ciego físicamente,
no ya sólo espiritualmente. Necesita imperiosamente la luz porque quiere y desea
ver. Ver lo que le rodea, los colores y el camino. Sin embargo, la vista más
hermosa es la de ver a Jesús, el Mesías, el Salvador del mundo.
Porque todo lo demás, sin
despreciarlo, es hermoso y nos gusta y hasta lo necesitamos, pero al final
resulta inicuo, sin valor, basura, porque sólo nos salva la Verdadera Luz de la
Verdad y de la Vida. Jesús es el Mesías, el enviado, el Camino, la Verdad y la
Vida.
Y eso es lo que realmente hay que buscar, la verdadera
Luz que alumbra, que conduce al verdadero Camino, a la Verdad y a la Vida.
Porque todo lo demás sólo se queda en bonito, pero de ahí no pasa, y además es
pasajero y caduco.
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