Sin embargo, puede también
ocurrir lo contrario, que el empleado no se gane la confianza del dueño y este
le sorprenda haciendo no lo que le había mandado. Entonces le apartará y le
despedirá. Por supuesto, el empleado sorprendido cumpliendo las órdenes
mandadas será dichoso y bien considerado. No así con el que es sorprendido
incumpliendo lo mandado.
El Evangelio de hoy nos viene a decir eso, la de estar
vigilantes y preparado haciendo lo que debemos hacer. Cumpliendo el mandamiento
del amor, tal y como el Señor lo cumple con nosotros. Porque, Él ha depositado
toda su confianza en nosotros y nos ha dado libertad para que amasemos como Él
nos ama. Estemos preparados porque vendrá sin avisarnos, y seremos dichosos de
ser sorprendidos amando como Él nos ama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.