Una aspiración
común a todo ser humano es la vida. Pero, no una vida con marchamo de un final,
sino una vida para la eternidad. Y plena de gozo y felicidad. Ese es el reto de
toda persona. Un reto que solo tiene una vía de salida, una única Puerta.
Esa es mi súplica,
Señor, poner mi vida y mi camino en tus manos y dejarme guiar por tu Espíritu
para ver la luz en mis cegueras y ofuscamientos, en mis extravíos, en mis
momentos de sed, de olvidos, en mis desfallecimientos y mentiras.
Yo soy, dice el Señor, el Camino, la Verdad y la Vida, quien viene a Mí y cree en mí tendrá Vida Eterna. El mundo nos ofrece muchas puertas e incluso trata de seducirnos para que entremos por las puertas anchas, cómodas, divertidas, espaciosas y llenas de placeres y felicidades que nos seducen y nos atraen. Pero, todas son espejismos y tienen fecha de caducidad. Ninguna es real y eterna. Solo quienes entran por la Puerta que nos ofrece y nos abre el Buen Pastor entra en el Camino, la Verdad y la Vida y eso lleva a la Vida Eterna en plenitud de gozo y felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.