
Es verdad que los
cristianos, es decir, las personas que confesamos seguir a Jesús y estamos
bautizados nos resulta muy difícil seguirle. Amar a las personas que, quizás
nos hacen daño o que no nos pueden devolver lo que les damos, se nos hace muy
pesado.
Pero también es verdad que, Jesús nunca nos ha engañado y
nos ha dicho que era fácil seguirle. Nos ha advertido que quien quiera seguirle
que cargue con su cruz y le siga. Y esa es una de las cruces más difíciles de
llevar y soportar.
Pero tampoco se
desvincula y aleja de nosotros. Nos confiesa que Él se queda con nosotros y
camina con nosotros. Y que esa carga de dar amor se hará suave y ligera y que
la podremos, en y con Él, soportar. Sólo hace falta creer y confiar en Él.
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