Por mucho que quieras, siempre estará latente en tu corazón ese hermoso deseo de amar. Es la huella del amor de Dios que te hace semejante a Él y consecuencia de su creación. Sin lugar a duda, Dios te ha creado por amor. Y, en consecuencia, a amar estás llamado.
De modo que, todo instante de tu tiempo de vida en este mundo que no ames, es tiempo perdido. Por tanto, en la medida de que perseveres unido al Señor, estarás, aunque no lo adviertas, amando.
Porque, Dios es amor y, permaneciendo en su presencia, reflejarás amor. Y tus actos serán fiel reflejos de los de Él. Y, recuerda, Dios está, independiente de que tú lo adviertas o no, presente en cada instante de tu vida. Pidamos estar atentos y vigilantes. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.