El peligro no está
afuera sino dentro. De modo que todo lo de afuera no hace al hombre impuro,
sino todo lo contrario. Lo que nace de dentro y centro del corazón es lo que
macha y lleva la impureza del pecado pervirtiendo al hombre.
Mi esperanza,
Señor, se apoya en tu Infinita Misericordia y Bondad. A pesar de mis
debilidades, de mis fallos y errores, Tú, Señor, me acoges, me abres tus brazos
misericordiosos y me aceptas tal como soy. Y, así y todo, me amas y me das vida
eterna en plenitud.
Todo lo creado ha sido para el bien del hombre. Pero, precisamente es el hombre quien lo puede usar mal dándole una mala utilidad y fin. Y eso nos exige están siempre en guardia y necesitados de mirarnos interiormente y buscando siempre el bien propio y el de los demás. Es decir amarnos y amar a los demás como a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.