La realidad de
nuestra vida nos revela que lo importante es avanzar en busca de la felicidad.
Todos queremos ser felices, ahora, lo importante es saber qué es, y dónde está esa
felicidad. Porque, de no saberlo perderemos nuestra vida buscando donde no
está.
Eso experimento,
Señor, el deseo de ser feliz. Y para eso Tú, mi Señor, me has creado. Dame la
fortaleza de no quedarme en la limitada felicidad de las cosas de este mundo,
sino de aspirar en Ti y por Ti a la plena felicidad que Tú me ofreces.
Jesús, el Señor, no lo dice muy claramente, y nos indica donde está y la podemos encontrar. En el Evangelio de hoy nos lo revela claramente: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.