domingo, 29 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

A veces, llevados por la euforia, o, quizás, tentados por el diablo, queremos hacer más de lo que podemos y de lo que nuestro Padre Dios nos ha misionado. Nos dejamos tentar por la suficiencia, por el poder de nuestras propias fuerzas, y caemos.

Mi vida transcurre, Señor, en esa disyuntiva de vivir en tu Voluntad o dejarme seducir por el mundo. Mis ansias son las de vivir de acuerdo con tu Voluntad siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida que alumbra y señala tu Palabra. Dame, Señor, la pureza de alma para vivir en tu Voluntad y ser transmisor de tu Palabra. Amén.

El fracaso nos frustra, nos desalienta y desanima y, casi sin darnos cuenta, experimentamos el deseo de abandonar, de involucionar y quedarnos pasivos e inactivos. Hemos recibido unos talentos y son esos talentos los que debemos negociar, No los que nosotros nos arrogamos y de los que presumimos. Porque, los que nuestro Padre Dios nos ha dado, son para los que realmente estamos capacitados.

sábado, 28 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

No es cuestión tanto de entender, que de creer y confiar. Es cierto que la fe tiene mucho de razón, pero es, sobre todo, confianza. Experimentas que toda Palabra de Dios es buena, tiene sentido, responde a tus interrogantes y te llena de esperanza. Por tanto, crees y confía.

Señor, cierra mi oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia, que solo permanezca en mí aquellos pensamientos buenos, que no hable mal de nadie y, sobre todo, Sagrado Corazón de Jesús, que sepa permanecer en silencio antes de murmurar o hablar mal de alguien.

El ejemplo y testimonio de María y José nos transmite confianza y fe. Se fían de la Palabra de Dios, y aceptan su plan. Tanto María como José tiene esa llamada al plan que Dios ha pensado para ellos, y, tanto el uno como el otro, dan su consentimiento, aceptan, confiados, aún sin entender muchas cosas, la Palabra de Dios.

viernes, 27 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

En los momentos de oscuridad, de extremo peligro, experimentamos realmente a quien le importamos y quien está dispuesto llegar hasta el extremo de dar su vida por nosotros. Sabemos que Jesús, el Hijo de Dios, dio su Vida por la nuestra.

Hay muchos momentos que me hago esa pregunta, ¿qué sería de mí sin tu presencia, Señor? Porque, sin Ti, mi Señor, toda mi vida se vendría abajo; mi paciencia terminaría por desbordarse; soportar al diferente me sería imposible y mi existencia sería un suplicio. En cambio, contigo, Señor, aunque hay problemas, todo tiene sentido y esperanza.

En la parábola que hoy nos narra Jesús en el Evangelio, nos revela el Inmenso Amor de su Padre. También nuestro Padre, nos dice, y cuan grande es su Amor que llega hasta el extremo de comprometer a su Hijo por nuestra salvación y la del mundo. Tal es su compromiso que, su Hijo, nuestro Señor, llega al extremo de dar su Vida por cada uno de nosotros. Señalado de forma personal y singular, con nombre y apellidos.

jueves, 26 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Nos engañamos cuando basamos nuestro seguimiento a Jesús en prácticas litúrgicas, aún frecuentes o puntuales, da lo mismo, sin aterrizar en el amor misericordioso hacia aquellos más necesitados, distintos o marginados. Porque, sin amor nuestro seguimiento es una farsa.

Cuando llegan los momentos de oscuridad, debilidad y desfallecimiento, Tú, mi Señor, sigues ahí, me sostienes en pie dándole sentido a mis oscuridades, debilidades, desfallecimientos, y llenando toda mi vida de sentido y de esperanza. Gracias, Señor, en Ti confío.

Es verdad que amar no es cosa fácil. Sobre todo cuando se trata de ama al enemigo, al diferente o al necesitado, pero es nuestra misión si queremos seguir al Señor. Claro está que amar no es permitir todo y dar todo, es simplemente buscar el bien, la concordia, el respeto, la libertad y que todos podamos disfrutar del bien común, teniendo lo indispensable para vivir una vida digna, libre y en paz.

miércoles, 25 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Bien es sabido que junto con la buena semilla crece la mala hierba. Son esos lobos de los que hablamos, revestidos de buena semilla, por así decirlo, no parece hacer daño, pero al crecer juntos a la buena semilla impiden que den buenos frutos.

Señor, me sorprende tu paciencia y tu confianza. No soy digno de merecerlas, y menos ser tu siervo para anunciar tu Amor Misericordioso. Sin embargo, Tú me reiteras tu Amor y Misericordia, y pones en mis manos la misma misión que, Juan el Bautista: anunciar la Buena Noticia.

Es esa cizaña de la que habla el Evangelio, crece junto con la buena hierba, pero la estropea robándole el agua y sofocándola hasta angostarla y secarla. Busca que no dé, al menos, buenos frutos. Son esos lobos revestidos de ovejas que nos encontramos en muchos lugares de nuestros ambientes, y con los que hay que tener muchos cuidado. Armas: oración y Eucaristía.

martes, 24 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Sabemos, y debemos, tener presente, que los frutos no dependerán de nuestro esfuerzo y trabajo, sino de la apertura del corazón del hombre a la Palabra de Dios. Entonces, será la acción del Espíritu Santo la que hará que nuestros actos sean verdaderos frutos de amor.

Señor, mi vida va de miedo en miedo. Sí, tengo miedo, Señor, ante la muerte, ante perderte o no esforzarme en hacer tu Voluntad. Tengo miedo de defraudarte y de darte la espalda. Y, lo tengo, Señor, porque quiero responder a tu Gracia, a tu llamada, a tu compañía y hacer tu Voluntad. Dame, Señor, esa capacidad y voluntad de, al menos, esforzarme en vivir de acuerdo a tu Palabra. Amén.

Es nuestro Padre Dios quien siembra la semilla del amor y la misericordia en el corazón de sus hijos – los hombres – y, dependerá, por la libertad que a cada cual se le ha dado, de sus respuestas a esa siembra. A nosotros nos corresponde, como a Juan, cultivarla y dar a conocer esa Buena Noticia; El Reino de Dios está entre nosotros.

lunes, 23 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

No es cuestión de hablar de los otros, y menos murmurar o maldecir. Mejor ser prudente y callar. Pues, desde nuestra opinión nunca estaremos en condiciones de juzgar, y menos saber lo que realmente hay en el corazón del prójimo. Dejemos eso en manos de Dios.

Señor, te has partido para darte a nosotros. Tú, Pan de Vida Eterna, te haces simple alimento para llenarnos de tu fuerza y santidad; para santificarnos y llenarnos de tu Amor a efectos de que seamos capaces de amar como Tú nos ama. Haz, Señor, que la Eucaristía sea el centro de nuestra Vida. Amén.

Otra cosa es dar tu opinión como posible alternativa a lo sucedido. Siempre desde un punto de vista bien intencionado, buscando la verdad y sin introducirte a juzgar la actuación del otro. Ponerte en su lugar puede ayudarnos a comprender su forma de actuar. ¿Qué haría yo, sería la pregunta a responder?