lunes, 31 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

No es cuestión de esperar sino de confiar. Se trata de saber que Dios es nuestro Padre, y nosotros sus hijos. ¿Cómo entonces nos va a abandonar? Dios, nuestro Padre, actuará para nuestro bien, eso es seguro. Ahora, quizás no a nuestra manera o gusto.

Padre, hay muchos momentos que me siento esclavo, sometido, obligado y sin deseos de estar contigo. No sé qué me sucede, porque, eso sí lo sé, en Ti está el gozo y la felicidad, pero me cuesta descubrirla. Dame, Señor, esa capacidad de experimentarla.

Siempre, nuestro Padre Dios, lo hará a su manera. Pero, siempre, eso es tan cierto como que es nuestro Padre, será lo mejor para nuestro bien. De modo, que haga lo que haga, será el bien de sus hijos. Y eso significa que nuestro Padre responderá a nuestras peticiones de hijos, y nos dará, eso sí, cuando Él lo disponga, esa felicidad que buscamos y que en Él encontraremos. Así lo pensó el hijo menor de la parábola de la misa del domingo.

domingo, 30 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

El problema no es el pecado, sino el arrepentimiento y la confianza en la Misericordia de nuestro Padre Dios. La cuestión no es caer, porque nuestra naturaleza, herida por el pecado, es propicia a la caída. El problema es levantarse.

Silencia, Dios mío, todo ese ruido mundano que me desvía de mi camino hacia Ti. Haz que en el silencio interior de mi corazón, Tú ocupes el centro y mi vida sea reflejo de tu Palabra y Amor Misericordioso. Amén.

Porque, nos está permitido caer – para eso se nos ha regalado el Sacramento de la reconciliación – para levantarnos. Pero está prohibido permanecer en la caída. Nuestro Padre Dios nos espera con los brazos abiertos y no perdona con su Infinita Misericordia. Sabe de nuestras debilidades y caídas, y espera con una paciencia infinita y misericordiosa  nuestro arrepentimiento y dolor de corazón. Porque, sabe que lo que deseamos en lo más profundo de nuestro corazón es volver a Él.

sábado, 29 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Precisamente, nuestros tropiezos y pecados vienen por lo poco humilde que somo y por nuestras ambiciones y apetencias. Eso nos hace pensar que somos mejores, que tenemos derechos a muchas cosas, que nos las merecemos. Sin embargo, todo es Gracia de Dios.

Señor, me quedo sin palabras ante esta oración. Tú sabes, mucho mejor que yo, lo que necesito. Eso te pido, Señor, paz para no desesperar, no perderme en deseos de vanaglorias ni en ilusiones mundanas. Simplemente, Señor, estar contigo y gozar de tu presencia, amor y misericordia.

Nuestra mirada es casi siempre exterior. Vemos la mota en el ojo ajeno y la hacemos más grande de lo que realmente es. Sin embargo, no vemos la viga que se esconde tras los nuestros. Vemos pecados en los actos de los demás, pero, no en los nuestros, a los que miramos con ojos de misericordia. Pue bien, hacemos los mismo que aquel fariseo al despreciar al publicano.

viernes, 28 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Nuestro Padre Dios nos lo ha dejado muy claro. No vale para nada la manifestación exterior de expresar que le amamos, si luego tu prójimo te es indiferente. Esa relación exterior con tu prójimo te delata, y deja muy claro si tu expresión exterior es verdadera.

Señor, soy enteramente tuyo. De tu pensamiento ha nacido mi vida y mi ser. Existo porque Tú me sostienes y me fortaleces. Y sin Ti nada soy. En ti, mi Señor, me refugio y busco esa felicidad que por tu Infinito Amor y Misericordia me has prometido. Gracias, mi Señor.

De ahí la conclusión de que el primero motiva al segundo, y el segundo, expresa si realmente amas como te dice el primero. De modo que, aunque el primero es el principal y fundamental, el segundo va muy unido, porque sin el amor al prójimo no puedes amar a tu Padre Dios. Y es más, dices mentira si manifiesta que lo amas, y luego excluye al prójimo.

jueves, 27 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Es evidente que tus circunstancias, aunque no sean determinante, si concurren de forma importante en tus forma de actuar y de tu conducta. El ambiente influye y arrastra, y en muchos casos, somete. Estar y permanecer alejado de Dios endurece el corazón.

Señor, en muchos momentos de mi vida aparece el miedo, y paraliza mi corazón. Y trato de mirar hacia otro lado, buscar justificaciones y esconderme en mis debilidades. Señor, dame la fortaleza, la sabiduría y la voluntad de sostenerme firme y hacer tu Voluntad. Amén.

La fe es un don de Dios, pero hay que pedirla y abrirse a ella. De modo que, sin fe te será imposible creer y fiarte de la Palabra de Dios. Por tanto, es indispensable para permanecer en la Palabra de Dios y fiarnos de ella. La fe es la prueba que Dios nos exige. Nuestra razón no da para comprender el Misterio de Dios, y creer en Él es el paso que nos abre la puerta de la salvación.

miércoles, 26 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

No es tanto lo que se deja de cumplir, sino sus consecuencias. De tal forma que, siendo algo aparentemente insignificante, su incumplimiento puede acarrear graves consecuencias. El ejemplo de incumplir algo con apariencia de poco valor, puede ser la clave de la perdición del otro.

Necesito tu auxilio y asistencia, Espíritu Santo. Sin Ti mi camino se desviará de su vocación original. Porque, he sido creado para hacer la Voluntad de Dios, y en Él ser feliz eternamente. Y, sin tu concurso estoy perdido y quedo en manos del mundo, demonio y carne. Ven y llena mi vida. Amén.

Desde la experiencia del amor a ti mismo, descubres que para el otro debes exigir lo mismo, aunque sean cosas pequeñas, o detalles insignificantes. Amar exige dar un amor como te das a ti mismo. Y con la misma misericordia con la que te perdonas tú mismo. Y en ese contexto, ningún detalle a ley es cosa pequeña o insignificante.

martes, 25 de marzo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

No es cuestión de un simplemente SÍ, sino de saber qué consecuencias se derivan de ese SÍ. De la misma forma, responder a la llamada de Dios trae consigo consecuencias a las que hay, como hizo la Virgen, que dar una respuesta libre y consecuente con la Voluntad de Dios.

Sé, Señor, que mi cruz está presente en mi vida, pues, sólo a través de ella puedo llegar a Ti y alcanzar tu Misericordia. Pero, te pido, Señor, que me des la fortaleza necesaria para soportarla; para saber que Tú estás presente en mi vida y, aunque el dolor me consuma, que sepa que contigo venceré, pues de Ti no puede venir nada malo.

María sabía conscientemente a que se disponía, pero en su corazón no había otra intención que la de poner a Dios en primer plano, y abrirse a su Voluntad. Sus Siete Dolores, que rezamos martes y jueves en nuestra humilde página, nos descubren que también nosotros, en nuestra respuesta afirmativa a su llamada, estamos dispuestos a soportar y acoger nuestros propios dolores.

La felicidad no se encuentra en este mundo. Y no se encuentra, posiblemente ya lo sepas, porque no está. Sin embargo, todos la buscamos, y no podemos resignarnos a no buscarla. Eso es una clara señal de que hemos sido creados para ser felices. Y, seguro, debe existir y estar en alguna parte. Tanto a ti, como a mí, si queremos ser felices, nos toca buscarla.