Dame,
Señor, la fortaleza y delicadeza de ser fiel, comprometido y honesto en mis
labores y compromisos de cada día. Desde la acción de levantarme hasta la hora
de acostarme. Desde mis labores familiares y domesticas hasta mi compromiso
laboral y social.
Que
tu imagen, Señor, sea lo que otros, al acercarse a mí, vean reflejado en mi
humilde presencia. Dame esa paz, sabiduría y fortaleza para ser capaz de que
todos mis actos, por sencillos que sean, sean fiel reflejos de tu Amor
Misericordioso. Amén.
Siempre, creer en Dios - la fe - te exigirá riesgo, confianza, fiarte y comprometer tu vida. ¿Acaso, la Vida Eterna que te juegas, no está por encima de todo eso? Y el amor, cuando es verdadero, ¿no te exige ese esfuerzo? La fe nos compromete a amar al estilo de Jesús.
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