No te preocupes. Dios cuenta
contigo, pero no te deja sólo. Has recibido, desde el instante de tu bautismo,
el Paráclito - Espíritu Santo - para que en Él tengas la fortaleza, la
sabiduría y la paz para poder afrontar, superar y transmitir esa Buena Noticia
de salvación, que tú has recibido.
A lo largo de mi vida tengo
experiencias de tu presencia, Ángel de mi Guarda. Sé de muchos momentos que tu
presencia y actuación me han salvado de, posiblemente, una muerte por
accidente. Y sé también que me has orientado y ayudado a tomar siempre el mejor
camino para estar consciente de y en la presencia de Dios.
Y que los demás necesitan para ser felices eternamente. Por eso debes transmitirla, no simplemente guardarla para ti. Las buenas noticias siempre se desean dar a conocer, y ésta, la más grande, la que quieren conocer todos, porque, precisamente, todos quieren ser feliz, no la debemos dejar encerrada en nuestros corazones, sino, todo lo contrario, darla a conocer.
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