Siento una gran
pena y compasión por aquellas personas – conocí y conozco a muchas – que han
estado en situación de riesgo, enfermedades largas y sin esperanza de curación,
que no han buscado esa esperanza en el Señor. Señor de la vida y la muerte.
Sabes, Señor y
Dios mío, que lo que busco y persigo en este mundo, que Tú me has regalado y en
donde me has puesto, es hacer tu Voluntad. Pero, también sabes de mis
debilidades y pecados. Dame tu mano para que, asida a ella, no te falle y pueda
vivir y hacer tu Voluntad.
Y es que la vida,
que se nos ha regalado en este mundo, es el camino para preparar la otra, la
única y verdadera, que no acabará nunca y que será gozosa, eterna y plena de
felicidad junto al Padre. Un Padre bueno, compasivo y misericordioso. Eso sí,
todo dependerá de tu elección y aceptación de su Amor Misericordioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.