San José destaca
por ser un varón justo, sencillo, humilde y responsable. Debemos suponer que
Dios se fijó en él por sus buenas virtudes, por su obediencia y, sobre todo,
por su fe. Su actuación al plan de Dios fue de un fiarse sin entender nada.
Sólo que era el plan de Dios.
Señor, lo que más
deseo es hacer tu Voluntad, aunque ello suponga ir contra la mía y algún
sacrificio. Dame, esa sabiduría para saber discernir y descubrir tu Voluntad y,
en consecuencia, aplicarla en mi vida. En ti confío, Señor.
Será buena referencia para nosotros: Cómo esposo, como padre, como creyente, y, sobre todo, por su fe. Ante lo no entendible y ante el que dirán, él pone la Voluntad de Dios por encima de todo. Y siguiendo esa intuición de que es mandato del Señor, acoge a María como esposa y hace de padre con Jesús. ¿Nos fiamos nosotros de nuestro Padre Dios de esa manera? San José es un ejemplo y su figura puede ayudarnos mucho.
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