No siempre es la noche el momento de los pensamientos, pero sí siempre la noche es la ocasión para tenerlos presentes. Pues cuando el alma se dispone a descansar fluyen en su interior todas las vivencias del día y los momentos más duros y fuertes. Las huellas del camino diurno, medio día y atardecer dejan sus efectos en los sueños y silencio del oscurecer.
La noche es una buena ocasión de poner todo al descubierto y en Manos de Dios para con Él examinarlo y decidir que caminos tomar. Su Sabiduría nos alumbrará a elegir la mejor ruta, y también nos ayudará a descansar en su confianza y providencia. En su paz nuestros sueños y descansos serán tranquilos y plácidos.
Porque no hay otro lugar donde se pueda descansar mejor que abandonado en las Manos de nuestro Padre Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.