lunes, 23 de noviembre de 2020

 

Para Jesús no es tanto lo grandioso y cuantioso que lo que, dependiendo de que sea grande o pequeño, se haga con toda las fuerzas y la intensidad del corazón. Prima más para el Señor la cualidad que la cantidad y valor de lo que se dé o se haga. Jesús mira y le importa la buena intención y la generosidad plena de tu corazón.             

Porque, no se trata de simplemente dar, sin que lo que se da sea bien intencionado y con todo el desprendimiento de tu corazón. Es decir, gratuitamente y por auténtico amor. Un amor que se despoja de lo que tiene para darse integro al que le necesita. Por eso, aquella viuda conmovió a Jesús. 

En resumen, el detalle del amor, no está en la cuantía ni en el valor de lo que se da, sino en la disponibilidad y el amor con que se da. Independientemente de lo que se da sea de mucho valor o simplemente poco. Basta con la entrega, el despojo y el amor que se da.

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