Cuando decimos que seguimos a Jesús debemos mirar por qué caminos tratamos de seguirle, porque, si por esos caminos que seguimos no experimentamos el peso y la carga de la cruz que cargó Jesús, puede ser una advertencia de que no seguimos al mismo Cristo de la Revelación.
Experimentar en nuestra propia carne los desprecios y sufrimientos que experimentó Jesús – entiéndase bien – es la prueba de que vamos por el buen camino. Porque, el anuncio de la Buena Noticia no cae bien en un mundo globalizado donde la noticia la quieren poner ellos.
De manera que si no hay conflictos con el mundo en el que vivimos, podemos empezar a plantearnos si al Cristo que seguimos es el resultado del que nosotros hemos colocado en nuestro corazón, o, por el contrario es el que nos es Revelado en la Escritura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.