viernes, 2 de mayo de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

A pesar de saciarnos sabemos que volveremos a tener hambre. Y la sed y el hambre se repiten cada día. Necesitamos saciarnos y nunca, al menos de forma definitiva, quedamos saciados plenamente. De la misma manera nos sucede con nuestro deseo de felicidad.

San José, modelo de oración y obediencia; modelo de humildad y castidad; modelo de silencio y paciencia, y, sobre todo, de fe y perseverancia. Sé mi guía y mi protector en los momentos de zozobra y confusión. Amen.

La felicidad consiste en estar plenamente saciados, hasta el extremo que no deseamos nada más. Nos basta como estamos, como somos y nos sentimos a gusto. Pero, no sucede así, a cada momento necesitamos volver a calmar nuestra sed y hambre. Sólo nuestro Señor nos ofrece ese alimento, su Cuerpo y Sangre, bajo las especies de pan y vino, en cada Eucaristía, para calmar nuestra sed y hambre plena y eternamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.