La pregunta cuando se trata de buscar nuestra salvación sale
como espontanea e instintiva: ¿Qué hay que hacer? Es lo que queremos, cumplir
unas prácticas y normas y vivir una disciplina, a tener que diseñar yo mismo mi
vida según la Voluntad de Dios.
Por eso, ser buen cristiano, desde ese punto de vista no es
tan difícil. Diría que fácil. A cumplir se acostumbra uno, y llega el momento
hasta que gozas cumpliendo. Asistir a misa, rezar unas oraciones, dar algo de
limosna y…etc. Es una vida relativamente fácil. Y hasta las apariencias pueden
servir.
Lo verdaderamente difícil es amar, y quien guarda los mandamientos, no sólo cumple sino que ama, porque los mandamientos no son normas o preceptos, sino actitudes que viven y se apoyan en el amor. Es la respuesta, en el Espíritu de Dios, que cada día tienes que dar a tu propia conciencia sobre lo que es y conviene, porque es bueno para los otros.
Lo verdaderamente difícil es amar, y quien guarda los mandamientos, no sólo cumple sino que ama, porque los mandamientos no son normas o preceptos, sino actitudes que viven y se apoyan en el amor. Es la respuesta, en el Espíritu de Dios, que cada día tienes que dar a tu propia conciencia sobre lo que es y conviene, porque es bueno para los otros.
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